Los 10 peores hábitos en el cuidado de la piel

No importa cuán diligente seas con el cuidado de tu piel, siempre existe la posibilidad de que cometas algunos errores que puedan afectar tu complexión. Con el tiempo, estos pequeños desaciertos pueden causar daño real y provocar un aspecto de vejez prematura.
Pensar que una capa de FPS durará todo el día
Ya hiciste el hábito de aplicarte protección solar cada mañana. Pero, ¿acaso piensas que una capa es suficiente? Los filtros solares se riegan con el sudor y se pueden remover a lo largo del día, no importa si es resistente al agua.
La solución: Es un poco difícil reaplicarte el FPS durante el día, por eso lo más recomendado es utilizar un polvo con filtro solar que puedas usar para retoques. Prueba Bare Escentuals BareMinerals SPF 30 Natural Sunscreen. Lo ideal sería aplicar un filtro líquido, pero las fórmulas en polvo también protegen. No pienses que si pasas la mayoría de tu día en una oficina no corres riesgo; al manejar, sentarte cerca de una ventana y cruzar la calle es exposición suficiente para provocar daño solar en tu piel.
Escurrir hasta la última gota de maquillaje
Estamos de acuerdo que el maquillaje puede ser muy caro y es muy tentador aprovechar hasta el último vestigio del mismo. Pero si estuvieras al tanto de la bacteria que puede hacer de tu rimel o lip gloss favorito su hogar, te desprenderías de ellos rápidamente.
La solución: Los dermatólogos recomiendan revisar el maquillaje cada temporada, así como muchas hacen con su armario, y desechar los productos que no se han utilizado en los últimos tres meses. Si necesitas ayuda recordando fechas, escribe con un marcador cuándo lo compraste y si no recuerdas la última vez que lo usaste, es posible que haya pasado demasiado tiempo.
Ignorar la piel bajo tu barbilla
Hay quien se ocupa mucho de la piel de su rostro, pero no le presta atención a su cuello o pecho y resulta que esta piel es más delgada que la de tu cara y recibe la misma exposición solar. El no cuidar estas zonas puede provocar capilares rotos, piel enrojecida y aspecto escamoso.
La solución: Trata tu cuello y pecho con el mismo cuidado que tu rostro. Esto significa que lo que te apliques en el rostro – humectante, filtro solar o productos anti-vejez – debes aplicarlo a tu cuello y pecho. Sólo aplica unas gotas adicionales para proteger las áreas vulnerables.
No lavarte la cara antes de ir a la cama
A veces es tentador tirarse en la cama tras un largo día. Pero durante ese largo día tu rostro acumuló maquillaje, aceites, sucio y contaminación, piensa que te estás acostando con todos esos elementos que se quedarán pegados a tu almohada.
La solución: El lavarte tu rostro debería ser tan parte de tu rutina de irte a acostar como lavarte los dientes y pasarte el hilo dental. Si en ocasiones estás muy cansada, trata de tener siempre contigo toallitas desechables para remover el maquillaje. Trata Neutrogena Make-Up Remover Cleansing Towelettes y usarlas después de una larga noche de fiesta no será un gran problema. Tus poros y tus almohadas te lo agradecerán. Trata también de alterar tu rutina y lávate tu rostro después de la cena o antes de sentarte a ver televisión.
Tener las manos en tu cara
El restregar los ojos, rascarte la nariz y colocar tu cabello detrás de tu oreja, son cosas que haces sin pensar. Pero cada vez que te tocas el rostro transfieres gérmenes y sucio de tus manos a tu cara. Considera todas las superficies que tocas en un día – picaportes, botones de elevador, máquinas de efectivo – objetos que miles han tocado antes que tú y han dejado sus gérmenes. Además cada vez que te tocas el rostro, tu maquillaje y filtro solar se riegan.
La solución: Tienes que ejercer mucha fuerza de voluntad, piensa en tu maquillaje y en todos esos granos que los gérmenes ajenos podrían causarte. Al menos adopta el hábito de mantener tus manos muy limpias y mantener una gel anti-bacterial contigo.
Ser dulcera
El azúcar no es amigo de la piel. Un alto nivel de azúcar en la sangre puede causar cambios en el colágeno y otros tejidos en tu piel, debilitándola y haciéndola más propensa a las arrugas. Un alto nivel de azúcar en la sangre puede provocar infecciones de cándidas y salpullidos debajo de tus senos, en tu entrepierna y en tu rostro.
La solución: Evita las comidas con azúcar añadida como sodas, dulces y galletas y mantén tu distancia de comidas que se rompen rápidamente en azúcar incluyendo el pan y arroz blanco y pasta. Limita las harinas y opta por granos enteros como galletas, cereal y arroz integrales. Los carbohidratos complejos mantendrán el nivel de azúcar en tu sangre estable y tal vez hasta te ayudarán a perder peso.
El exprimir impurezas
Es tentador exprimir un grano o rascar una costrita, pero no solamente corres el riesgo de infectar esa parte, sino de lacerar la piel. Cada vez que de un grano exprimes sangres, estás dañando la piel y podría dejar cicatrices.
La solución: Deja que la piel sane sola. Aplícate un medicamento y cubre un grano con maquillaje si es necesario. Para una costra que no esté en tu rostro, cúbrela con un vendaje. Si no puedes resistir, busca un palito de algodón o pañuelo desechable trata de exprimir con delicadeza la impureza. Evita sacar sangre, podrías dejar una cicatriz.
No visitar el dermatólogo
Todas las personas deben visitar al dermatólogo una vez al año para revisar cambios en lunares, como tamaño o color. Por supuesto, es importante estar pendientes a cambios en tu piel, pero un profesional puede detectar cosas que la persona promedio pueda obviar.
La solución: Fácil, haz una cita con tu dermatólogo.
Fumar
El fumar envejece tu piel prematuramente, así como exponerte mucho al sol. Dependiendo la intensidad de tu hábito, los expertos piensan que el fumar te puede añadir hasta 10 años a tu apariencia. El fumar reduce la circulación en tu piel y le resta brillo. Los radicales libres del cigarrillo atacan el colágeno y el tejido elástico en tu piel, debilitándola y convirtiéndola más propensa a las arrugas. El fumar provoca arrugas prematuras alrededor de tus labios y ojos.
La solución: Fácil, deja de fumar. Es un gran reto que traerá grandes beneficios, no sólo para tu piel, sino para tu salud en general.
Deshidratar tu piel
Las señales de deshidratación en tu piel incluyen aspecto 'estirado', escamas, zonas resecas y picazón. Cuando tu piel está hidratada es menos propensa a sufrir de irritación.
La solución: es necesario que siempre utilices humectante no importa tu tipo de piel. Si tu piel es grasosa, busca un suero o una loción libre de aceite, para evitar poros tapados. Y si tu piel es reseca, busca una loción más espesa. No olvides que la hidratación también viene de adentro hacia fuera, consume agua.
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