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Para algunos pueden ser artilugios que nuestras abuelas, pero las máquinas de coser siguen siendo un elemento imprescindible en nuestros días y más en estos tiempos de crisis. Una maquinaria que ha sabido evolucionar con el paso de los años y adecuarse a las necesidades de cada usuario. La introducción de motores eléctricos, al igual que la disminución de su tamaño ha hecho que sean un elemento común en la gran mayoría de casas del mundo, con las que poder reparar o confeccionar nuestra ropa. Sigue siendo la herramienta primordial en las fábricas textiles para confeccionar las prendas que luego podemos encontrar las tiendas de moda, y también se continúan usando para realizar los bordados de las telas.

Cuando vamos a comprar a las tradicionales tiendas de ropa de hombre, entre las diferentes prendas suelen encontrarse las tradicionales máquinas de coser. Con ellas adecuan los largos de los pantalones y los anchos de las chaquetas a cada unos de sus clientes. Consiguiendo de una forma mágica, que cada unos de los trajes, con una pequeña modificación realizada por manos expertas, quede como un guante.

Muchas veces visitando tiendas de anticuarios, entre los diferentes objetos podemos encontrar las míticas máquinas de coser Singer. Con su estructura de metal, su maquina de madera y su característico pedal, han dejado de ser únicamente elementos de costura, para convertirse en uno de los más codiciados elementos de decoración. Comercializadas desde 1850, no han perdido en nuestros días ni una puntada de la modernidad y de la belleza con que se crearon. La marca Singer se ha adecuado en su diseño y en los materiales en los que se realiza a las necesidades de cada momento, sin embargo, sus formas tradicionales y originales son las más buscadas por los coleccionistas.

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Artículo de gon

Fuente: modaellas.com