Eran cerca de las nueve y el glamour se respiraba en el local del Club de Leones de Lima. La gran escalera de estilo antiguo parecía dar la bienvenida a cada uno de los que llegaba. Carolina Tola, la diseñadora,  había conversado conmigo unos minutos antes contándonos lo maravilloso de este sueño y quedó demostrado en cuanto se inició el desfile. Elegancia y  romanticismo se mezclaron dándose a conocer en este noche súper especial.

“Mannequin” es el nombre que esta gran diseñadora peruana le dio a su primera muestra de alta costura con la que piensa conquistar al público y creo que lo logró. No queda más que ver sus diseños de vestidos de noche.

Maju, nuestra ex reina de belleza, fue la encargada de abrir el desfile. Carolina nos confesó que ella soñó años atrás en que desfilara sus diseños y cuando se dio la oportunidad la contactó y ella aceptó encantada.

Junto a ella, Claudia Ortiz de Zevallos, Giuliana Zevallos, Nicole Bordarampé, Katherine Mayer, Claudia Oliveira, Michelle Casis, Jessic Vásquez, Andrea Hidalgo y Claudia Carrasco, fueron las diez modelos que se encargaron de lucir por primera vez el trabajo de Carolina.

La colección completa está inspirada en los años 40 y 50 que se caracterizó por ser una moda muy femenina que buscaba destacar las curvas. De allí vienen las faldas anchas y los talles que realzaban las cinturas de avispas, además de los escotes profundos que disfrutamos en todos los vestidos de “Mannequin“.

Un ícono en el que Carolina también se inspiró ha sido la famosisíma actriz italiana Sophia Loren. La diseñadora nos contó que tiene una especial cercanía con Italia, ya que su madre nació allí. “Me encanta toda la riqueza que Sophia Loren tiene como mujer, siempre me repetía que yo quería ser así”.

Los vestidos se caracterizaron por las gasas, tules y por un tinte glamoroso en el que los vuelos y los escotes se llevaban las palmas. Carolina se ha preocupado por que las texturas marquen una diferencia ¡y sí que lo consiguió! Sus prendas tenían el efecto de dar  la sensación de haber salido de un sueño en el que las telas tomaban protagonismo para lucirse por la pasarela.

Un elemento muy llamativo de esta colección fue el uso de crinolina, esa especie de falda del siglo XIX, que sirve como armador para sostener la parte baja del vestido y que le daba un vuelo inigualable a los vestidos. Para Carolina no fue fácil conseguir el armado que deseaba: “Las trabajé hasta que logré que sea perfecta para que le dé al vestido la caída que debe”.

En lo que respecta a colores, Carolina ha preferido la variedad, aunque sin lugar a dudas el rojo fue el que se llevó la atención de todos los asistentes por su fuerza y sensualidad. Sin embargo, también hubo tonos muy claros, verdes, azules y negros, con los que Carolina ha buscado resaltar la femineidad.

Pero en alta costura son los detalles los que cuentan y la colección también nos conquistó con ciertos elementos: las flores y lazos fueron fieles representantes del romanticismo. En parte fue gracias a ellos  por los que el desfile se convirtió en algo único: un puente entre el presente y el pasado.

¡Felicidades, Carolina! Creo que la noche fue exactamente cómo la esperabas y tus diseños sí que nos sedujeron al transportarnos casi a otra época sin perder su toque de modernidad. Así como yo, creo que todos estuvimos de acuerdo en que el lanzamiento de Carolina a las ligas mayores de la moda fue un total éxito.

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Fuente: webdelamoda.com